El Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo celebrará una reunión no programada este miércoles para debatir el reciente repunte de las primas de riesgo sobre todo en Italia y España. Las perspectivas de subida de tipos y el final de las compras de deuda han ampliado de forma dramática los diferenciales entre los bonos de los países de la eurozona: la prima de riesgo española ha pasado de 87 puntos a mediados de abril a un máximo de 125 ayer martes, y la italiana, significativamente más presionada, de 160 a rozar los 250.
La reunión arrancará a las 11 de la mañana, y solo la convocatoria. ha recortado de forma drástica los diferenciales: más de 20 puntos en el caso de la prima italiana y ocho en la española para los bonos a 10 años. También baja la rentabilidad del bono alemán, cuatro puntos básicos. Aunque no es seguro que la reunión se traduzca en un comunicado, si bien la agencia Bloomberg informa que, según fuentes del banco, se debatirá la reinversión de las recompras de deuda, una opción ya incluida en el comunicado del BCE tras su reunión del jueves.
A lo largo de estas semanas el BCE ya ha señalado en varias ocasiones su compromiso para prevenir una fragmentación de los mercados de deuda que evite la correcta transmisión de su política monetaria, pero se ha mostrado reticente a dar detalles al respecto. En la última reunión del consejo de gobierno la presidenta Christine Lagarde reafirmó este compromiso, y ayer Isabel Schnabel, alemana y miembro del comité ejecutivo, insistió en la idea.
La convocatoria llega en la misma jornada en la que la Reserva Federal de Estados Unidos tiene programada una reunión en la que podría subir los tipos 75 puntos básicos, la mayor alza desde los años 90.
La fragmentación financiera ya castigó a la periferia europea en la crisis de 2010 a 2012: la subida de las primas de riesgo encareció los costes de financiación para los tesoros de España, Italia, Grecia, Portugal o Irlanda, y por extensión encareció los costes de financiación de empresas y, en particular, bancos, provocando una suerte de eurozona a dos velocidades. Entonces la situación terminó con el rescate de varios países, entre ellos España (donde se limitó a la banca) y, finalmente, con la intervención de Mario Draghi, entonces presidente del BCE y hoy primer ministro italiano, que aseguró que haría todo lo necesario para preservar el euro, y diseñó una herramienta de compras masivas de deuda para comprimir los diferenciales.
En esta ocasión el BCE puede intervenir sin necesidad de crear un nuevo instrumento gracias a la reinversión de los bonos que ha adquirido en los últimos años y que llegan a vencimiento. Según Nadia Gharbi, economista para Europa de Pictet WM, estas reinversiones ascenderán a 200.000 millones los próximos doce meses y habrá 225.000 millones en reembolsos de deuda del programa convencional PSPP. «La reinversión del programa PEPP se puede ajustar de forma flexible en el tiempo, en la categoría de activos y en jurisdicciones [es decir, países]», señaló el BCE en su comunicado tras la reunión del consejo de gobierno.