Los países de la Unión Europea (UE) y la Eurocámara llegaron este jueves a un acuerdo para regular por primera vez en el mercado comunitario todas las criptodivisas, desde su autorización y supervisión hasta los requisitos de transparencia con el consumidor y su impacto ambiental.

«Este reglamento histórico pondrá fin al salvaje oeste criptográfico y confirma el papel de la UE como creador de estándares para temas digitales», destacó en un comunicado el ministro francés de Economía, Bruno Le Maire, cuyo país ostenta la presidencia de turno de la UE hasta este jueves.

La Regulación del Mercado de Criptoactivos (MiCA, por sus siglas en inglés) busca poner orden en el mercado de unos activos cada vez más usados como medio de pago o inversión, pero que no están sujetos a ninguna de las reglas ni garantías por las que se rigen los servicios financieros tradicionales.

«La UE es la primera en introducir reglas integrales sobre criptografía, espero que otros las sigan», dijo en su cuenta en Twitter la comisaria de Servicios Financieros, Estabilidad Financiera y Unión de los Mercados de Capitales, Mairead McGuinness, que presentó esta iniciativa el 24 de septiembre de 2020.

Así, las nuevas normas están destinadas a afrontar los retos que plantean en materia de protección del consumidor, privacidad, blanqueo de capitales, financiación de actividades ilegales e incluso riesgos para la estabilidad financiera en el caso de las monedas estables -criptomendas vinculadas al valor de un activo tradicional como una divisa o una materia prima-.

«MiCA es un éxito europeo» y «será un estándar global», se felicitó el negociador del Parlamento Europeo, Stefan Berger.

La UE pone así los criptoactivos, sus emisores  y los proveedores de servicios de criptoactivos bajo un marco regulatorio.

La regulación prevé que para operar en la UE los proveedores de servicios de criptodivisas tengan que tener presencia física en el continente y recibir autorización previa de las autoridades nacionales.

Al mismo tiempo se introducen requisitos sobre la información que deben proporcionar a los inversores sobre el uso que harán de sus fondos, sus obligaciones o los riesgos de la inversión.

Las disposiciones clave acordadas por los negociadores para quienes emiten y comercializan criptoactivos (incluidos tokens de referencia de activos y tokens de dinero electrónico) cubren la transparencia, la divulgación, la autorización y la supervisión de las transacciones.

Los consumidores estarán así mejor informados acerca de los riesgos, costos y cargos.

Además, el nuevo marco legal apoyará la integridad del mercado y la estabilidad financiera al regular las ofertas públicas de criptoactivos.

El texto acordado incluye medidas contra la manipulación del mercado y la prevención del blanqueo de capitales, la financiación del terrorismo y otras actividades delictivas.

Por ello, MiCA cubrirá los criptoactivos que no están regulados por la legislación de servicios financieros existente.

Para contrarrestar los riesgos de blanqueo de capitales, la Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA) debe establecer un registro público para los proveedores de servicios de criptoactivos que no cumplen y que prestan servicios en la Unión Europea sin autorización.

Se ha impuesto así la opción de una supervisión europea pese a la presión de algunos países para que la vigilancia quedase en manos de las autoridades nacionales, lo que hubiera dejado más margen para que los Estados compitan entre sí por atraer a proveedores de criptodivisas a su territorio.

Por contra, como los tokens no fungibles (NFT) son únicos (entradas de cine o elementos de videojuegos, por ejemplo) y, a diferencia de las criptomonedas, no se comercializan ni intercambian en equivalencia se quedan fuera del alcance de MiCA. Sin embargo, dependiendo de su desarrollo, las reglas prevén una reclasificación como instrumentos financieros o como criptoactivos sujetos a MiCA.

Para reducir la alta huella de carbono de las criptomonedas, los principales actores deberán divulgar su consumo de energía, cuyas normas técnicas deberá preparar la Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA) para proporcionar al mercado una guía clara.

Los proveedores de servicios de criptoactivos deben poner a disposición del público, en un lugar destacado de su sitio web, información sobre su impacto ambiental y climático y enviar esta información a su autoridad nacional competente, que informará a ESMA.

Las criptodivisas tienen un gran impacto medioambiental puesto que los mecanismos que utilizan para validar las transacciones requieren mucha energía y generan altas emisiones contaminantes y deshechos electrónicos, en particular el proceso conocido como «proof of work» que utilizan criptodivisas como el Bitcoin puede tener un consumo energético equivalente al de un país pequeño.

El acuerdo debe ser ratificado formalmente por los Estados miembros y la Eurocámara para entrar en vigor, tras lo cual habrá un periodo de transición hasta que las normas empiecen a aplicarse.