El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, advierte que si la inflación se prolonga en el tiempo, tenga que trasladarse a la subida de los precios a los contratos a largo plazo de los clientes. Asimismo, la eléctrica ha señalado que España no es una isla energética y se ha mostrado en contra del acuerdo alcanzado entre España y Portugal para topar el precio del gas en 50 euros, lo que mantendrá el mercado intervenido durante un año.

En una conferencia con analistas con motivo de la presentación de resultados del primer trimestre del año, el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, ha afirmado que la compañía cuenta con coberturas para protegerse de la inflación para este ejercicio 2022, así como de las subidas de tipos, con un 80% de su deuda a plazo fijo.

No obstante, consideró que si se mantienen a futuro estos niveles de inflación, «se tendrá que reflejar en los futuros precios de los PPAs (contratos a largo plazo) que tengamos que firmar». «Si sigue, aumentará nuestro ‘capex’ y habrá que transferirlo a los contratos a futuro», añadió el directivo.

Un PPA (Power Purchase Agreement) es un acuerdo de compraventa de energía limpia a largo plazo desde un activo concreto y a un precio prefijado entre un desarrollador renovable y un consumidor -por lo general, empresas que necesitan grandes cantidades de electricidad- o entre un desarrollador y un comercializador que revenderá la energía.

Alargar la vida de las nucleares

Sobre la posibilidad de ampliar la vida útil del parque de centrales nucleares en España, el presidente de Iberdrola afirmó que es una decisión que depende «de la política energética de cada país» y que, en el caso de España, «se ha apostado por las renovables con un cierre gradual de las nucleares». No obstante, subrayó que las nucleares están preparadas para funcionar «todo el tiempo necesario», aunque destacó que para eso se requeriría de «más inversiones y más costes que deberían ser recuperados».

Respecto a la exposición a las importaciones de gas y petróleo de Rusia, Galán indicó que para Iberdrola representa «un nivel mínimo», por lo que no prevé «ningún impacto» en costes, ya que, además, se tienen coberturas.