«Para el otoño de 2024, el USB Tipo-C se convertirá en el puerto de carga común para todos los teléfonos móviles, tabletas y cámaras en la UE», dijo el Parlamento Europeo en un comunicado.
A pesar de la resistencia del gigante electrónico Apple en Europa, hace pocas semanas una información no confirmada por la compañía adelantó que la empresa de Cupertino estaba probando futuros modelos de iPhone con el puerto de carga modificado. Ya no sería el actual Lightning, sino que estaría incorporando el citado USB-C, según personas conocedoras de este trabajo. Un movimiento que podría ayudar a la compañía a cumplir con la normativa europea que se avecina.
En abril, las autoridades europeas aprobaron una ley que exigirá a todas las compañías tecnológicas a que adopten el USB-C en sus dispositivos con el objetivo de simplificar las cosas para los clientes y reducir los desechos electrónicos.
Asi pues, este acuerdo provisional sobre la modificación de la Directiva de Equipos Radioeléctricos establece una solución de carga única para determinados dispositivos electrónicos. Esta ley es parte de un esfuerzo más amplio de la UE para hacer que los productos comunitarios sean más sostenibles, reducir los residuos electrónicos y facilitar la vida de los consumidores.
Teléfonos móviles, tabletas, lectores electrónicos, auriculares, cámaras digitales, auriculares y cascos, consolas de videojuegos portátiles y altavoces portátiles que sean recargables a través de un cable deberán estar equipados con un puerto USB tipo C, independientemente de su fabricante. Los ordenadores portátiles también deberán adaptarse a los requisitos a los 40 meses de la entrada en vigor.
La velocidad de carga también está armonizada para dispositivos que admiten carga rápida, lo que permite a los usuarios cargar sus dispositivos a la misma velocidad con cualquier cargador compatible.
Además, los consumidores recibirán información clara sobre las características de carga de los nuevos dispositivos, lo que les facilitará ver si sus cargadores existentes son compatibles. Los compradores también podrán elegir si quieren comprar nuevos equipos electrónicos con o sin dispositivo de carga.
Estas nuevas obligaciones conducirán a una mayor reutilización de los cargadores y ayudarán a los consumidores a ahorrar hasta 250 millones de euros al año en compras innecesarias de cargadores. Se calcula que los cargadores desechados y sin usar representan alrededor de 11.000 toneladas de residuos electrónicos al año.
A medida que la tecnología de carga inalámbrica se vuelva más frecuente, la Comisión Europea estará facultada para desarrollar los llamados actos delegados sobre la interoperabilidad de las soluciones de carga.
Tras el verano, el Parlamento y el Consejo Europeo deberán aprobar formalmente el acuerdo antes de que se publique en el Diario Oficial de la UE. Entrará en vigor a los 20 días de su publicación y sus disposiciones comenzarán a aplicarse a los 24 meses. Las nuevas normas no se aplicarían a los productos comercializados antes de la fecha de aplicación.